viernes, diciembre 16, 2011

ARTE ECOTEOLOGICO


La Facultad de Teología con el apoyo de la Biblioteca Mario Valenzuela S.J. y el Archivo Histórico Juan Manuel Pacheco S.J. de la Pontificia Universidad Javeriana, lideró la elaboración de un pesebre artesanal en amero de mazorca.

En la actividad participaron personas del nivel administrativo, directivo y docente, con la asesoría de funcionarios de la Secretaría Distrital del Ambiente (SDA), el respaldo del Equipo de Investigación "ECOTEOLOGIA" y la orientación del maestro Ricardo Acero, profesor de Arte y Teología y la Ing. Tulia Barón, Secretaria General de la Facultad.

Esta iniciativa está enmarcada en la Campaña de Navidad "No le quites la piel la piel a tierra, deja el musgo en su lugar" de la SDA que desde hace varios apoya la Universidad a través del Equipo de Investigación ECOTEOLOGIA, dirigido por el D.P. Alirio Cáceres Aguirre, docente del Departamento de Teología, en alianza con la Oficina de Silvicultura, Flora y Fauna Silvestre a través de William Díaz, Viviana Duarte y Héctor Zea.


Durante estos tres años, la Secretaría Distrital del Ambiente ha capacitado a personas de parroquias, zonas pastorales, diócesis urbanas y algunas iglesias protestantes vinculadas a la Mesa Ecoteológica Interreligiosa de Bogotá D.C., para sustituir el uso del musgo con otros materiales amigables con el ecosistema y lograr así, una mayor conciencia de la responsabilidad ambiental de los cristianos en el cuidado de la Creación (http://www.secretariadeambiente.gov.co/sda/libreria/php/frame_detalle.php?h_id=999) 

En una época en que la crudeza del invierno pone en evidencia la irracionalidad del comportamiento humano en sus relaciones con la naturaleza, la Campaña busca generar conciencia de la importancia de la conservación, preservación y restauración de las fuentes de agua, en la que el musgo tiene una función ecológica esencial y además, pretende que los creyentes comprendan que la Encarnación del Hijo de Dios implica una valoración de la materia, una supremacía del valor de la vida y una nueva comprensión del vínculo sagrado del ser humano con el cosmos.

Por eso, esta obra de arte, que puede apreciarse a la entrada del Edificio Arrupe, S.J., tiene su valor, no sólo por el esfuerzo colectivo y la participación creativa, sino por el interés de empezar a crear una cultura ambiental pensando teológicamente y actuando ecológicamente para dar gloria al Creador en comunión con su Creación, de la cual los seres humanos hacemos parte.


Del Evangelio De San Mateo 21,42


Jesús les dice:
“¿No habéis leído nunca la Escritura?: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”.


Algo similar pasa con el amero de mazorca que de ser "basura" pasa a ser materia prima para alabar a Dios, mientras el agua de la vida sigue fluyendo a través del musgo de nuestros cerros orientales

 ALIRIO CACERES AGUIRRE






jueves, octubre 27, 2011

EL ESPIRITU DE ASIS

DECLARACION INTERRELIGIOSA:
"Cuida la tierra y germinará la paz"

El 27 de octubre de 2011 en el Templo de San Francisco, representantes de varias religiones manifestaron el siguiente compromiso en presencia de autoridades políticas, Organizaciones No Gubernamentales, medios de comunicación y ciudadanía en general.  El marco de la Declaración es la memoria de los 25 años del encuentro del Papa Juan Pablo II con líderes de las religiones del mundo para orar por la Paz. Por tal motivo, el Papa Benedicto XVI convocó a un nuevo Encuentro, esta vez, contando con la participación de agnósticos y delegados de más de un centenar de tradiciones religiosas quienes reflexionar, dialogaron y oraron como "Peregrinos de la Verdad, Peregrinos de la Paz". Aquí se puede leer el Mensaje del Papa para la ocasión:



Este es el texto que algunos líderes religiosos de Bogotá firmaron y que contó con la participación activa del coordinador de la Mesa Ecotelógica Interreligiosa del Distrito Capital como miembro de una Comisión integrada también por un frayle franciscano, una teóloga metodista y un experto en religiones.





Al amparo del Espíritu de Asís y bajo la tutelar mirada de los cerros orientales del Distrito Capital, nos hemos reunido para dar gloria a Dios por el maravilloso regalo de la Creación de la cual hacemos parte y a la que tenemos la inmensa responsabilidad de cuidar y orientar en su tránsito hacia la plenitud del Creador.

No dejamos de admirarnos por los insondables secretos de los paisajes y ecosistemas del altiplano, que nos mueven a valorar el agua, los suelos, el aire, la flora y la fauna, y nos ayudan a reconocernos hermanos y hermanas en el mismo Dios del Cielo y de la Tierra.

Con el corazón sobrecogido, redescubrimos que esta porción de territorio, que constituye nuestro hogar, hace parte de un hermoso país que, a su vez, se inscribe en una casa más grande que llamamos Planeta Tierra y nos integra a la infinitud del Universo, con sus galaxias y constelaciones.

Y justamente, 2.600 metros más cerca de las estrellas, nos hemos congregado para orar por el fortalecimiento de nuestra fraternidad universal y ratificar nuestro compromiso en el cuidado de la Creación de Dios, desde la riqueza de cada una de nuestras tradiciones religiosas y la sabiduría que cada una de ellas ofrece.

Por eso mismo, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por la ruptura de esta comunión cósmica y manifestar nuestra indignación ante los atentados contra la dignidad de la vida que constantemente estamos padeciendo.

No consideramos correcto que la vida se cosifique y se instrumentalice hasta convertirla en una mercancía.

No es éticamente tolerable ni moralmente aceptable que la Creación esté siendo profanada en un afán despiadado por el lucro, en detrimento de la sustentabilidad de la vida de las generaciones presentes y futuras.

Rechazamos toda forma de violencia y discriminación, toda forma de manipulación y sometimiento pues lo consideramos contrario a los designios del Creador.

Más bien, queremos mostrar que la sincronía y la concordia son un camino de unidad en medio de la diversidad biológica, étnica y cultural. Con nuestros cantos, plegarias y silencios solemnes queremos comunicar un mensaje de paz y no-violencia, de perdón y reconciliación que llegue a toda la ciudadanía y resplandezca en el horizonte de la Sabana.

De forma similar a como Francisco de Asís, descubrió a Dios mediante el servicio a los más pobres y marginados de su tiempo, y experimentó la grandeza de ser hijo del mismo Padre Celestial, y por ello, hermano del Sol y de la Luna, del lobo, las aves y los gusanos; del fuego, el agua y hasta de la muerte, declaramos nuestro interés por:
- anunciar que la Paz es posible mediante la práctica de la justicia, la compasión y misericordia
- denunciar que no es posible sacrificar la vida, la biodiversidad, los territorios ancestrales y el porvenir de nuestro pueblo en aras de la mezquindad y la avaricia
- renunciar a toda forma de vida consumista y codiciosa, a los mecanismos bélicos y competitivos que rompen el vínculo sagrado y ocasionan muerte prematura.

El lema que hemos proclamado es también nuestro legado: cuidar la tierra para que la paz germine. No nos es indiferente el resultado de recientes informes y estudios, que identifican que una de las principales causas de la violencia y pobreza en Colombia es la concentración de la propiedad en pocas manos. No desconocemos la escandalosa cultura de corrupción que ha invadido las esferas públicas y privadas, ni cerramos los ojos a la devastación de nuestros páramos, la extinción de especies y el aterrador avance de la contaminación.

Pero sabemos que sólo una conciencia humana, humilde y dócil a los designios del Creador; sólo una férrea voluntad de nutrir nuestros lazos de hermandad y una acción decidida por transformar las relaciones consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios por la magia del amor y la caridad, pueden reintegrar los caminos del bien para los seres humanos y todo lo creado.


Con la convicción que el ejemplo arrastra y que el mundo es el principal altar para alabar al dueño de la Vida, invitamos a todas las personas de nuestras comunidades y grupos, y a todos aquellos que sueñan con otro mundo posible, a que perseveremos en el diálogo respetuoso y la gestión diligente para que la cuestión ecológica sea oportunidad de encuentro y conversión; el ecumenismo, el diálogo interreligioso e intercultural, sean puente de entendimiento, y la economía, vuelva a ser el arte de administrar la casa, que ya tiene la estatura del cosmos y tiene por destino, la unidad.






ALIRIO CACERES AGUIRRE
acaceres@javeriana.edu.co

miércoles, octubre 12, 2011

A PROPOSITO DE LA BIODIVERSIDAD DE LA VIDA

ECOTEOLOGÍA INTERCULTURAL



Por: CARLOS DÍAZ FRANKY

“A aquel que ama apasionadamente a Jesús, escondido
en las fuerzas que hacen crecer a la Tierra,
la Tierra, maternalmente, lo levantará en sus brazos gigantescos,
y lo hará contemplar el rostro de Dios”.
(Teilhard de Chardin)


La crisis ambiental, social, económica y cultural global que estamos viviendo en la actualidad, son un llamado de todo un planeta Tierra, que pide ser escuchado, es la voz de Dios que nos comunica a través de toda la Creación y de todos sus hijos e hijas, los humanos homo sapiens demens su dolor y enfermedad que ponen en peligro la supervivencia de todos y de todo. Todos y todas hemos destruido de modo irresponsable el planeta, por tanto en nuestras manos unidas con otras religiones, culturas y pueblos como familia humana, podemos aprovechar esta oportunidad  para salvar nuestra casa y hogar común.

Barrio de invasión, Bogotá, Colombia

Desde esta perspectiva, el aumento gigantesco de pobres oprimidos y explotados en todo el planeta y la Tierra también como el gran pobre por toda la depredación, contaminación y explotación, hacen surgir un dialogo intercultural e interreligioso que logre orientar todas las acciones humanas para cuidar y sostener la vida en todas su manifestaciones.

Este nuevo horizonte de comprensión, reflexión y acción transformadora que está emergiendo en nuestro caso es la Ecoteología intercultural e interreligiosa de la liberación. Ella se ubica en el naciente paradigma de la interculturalidad, que vamos comprendiendo como una nueva visión, una nueva manera de lograr el “vivir bien” de nuestros pueblos ancestrales, una manera nueva de convivir sin violencia pacíficamente, no importa nuestras diferencias culturales, religiosas, económicas, políticas, axiológicas.

Cerro de Guadalupe, Bogotá, Colombia

Esta perspectiva nueva de la reflexión teológica, aborda también la propuesta intercultural del Foro Social Mundial como alternativa al modelo único y radical de la economía y la política neoliberal que se encuentra en crisis actualmente y que ha hecho grandes daños con los viejos y desgastados modelos de tipo etnocéntrico y mono cultural tanto en las ciencias sociales, también el paradigma de la ciencia y tecnología y la filosofía occidental.

Se plantea desde los anteriormente dicho, que el papel de las religiones está involucrado de fondo, con el desarrollo de una amplia cosmovisión del mundo y de la ética que permita su intervención en el mundo para vivir y promover la sostenibilidad de la vida. Sabemos que los conceptos, actitudes y valores que la gente maneja, provienen principalmente de su concepción religiosa, cultural y prácticas éticas. Por tanto, el verdadero imperativo moral y los sistemas de valores de las religiones y culturas son fundamentales para movilizar una auténtica conciencia, educación, sensibilidad y acciones para el cuidado de la Tierra y de la familia humana y las futuras generaciones.

En medio de la crisis ambiental global y de la crisis social humana, está surgiendo como luz respuesta y acción transformadora una auténtica conciencia planetaria del homo noosfericus. Un nuevo ser humano que tiene como centro de su proyecto de vida, el amor incondicional y de cuidado por sí mismo, por toda su familia humana, por la Madre Tierra y  toda la Creación. Esta conciencia planetaria de cuidar de todos y de todo, nos unifica como un solo organismo viviente que interactúa y trasciende hacia lo que el jesuita y paleontólogo Pierre Teilhard de Chardin llamó la Noosfera. En este nuevo nivel de ascensión, estamos viviendo ya una unidad en las diferencias, en la diversidad y en las convergencias de nuestros pensamientos, sentimientos y espíritus.

Haan Soom Dong, Mayor cueva del mundo, Vietnam

Vemos como actualmente, los pueblos indígenas del mundo aproximadamente 200 millones de personas, han ido asumiendo un liderazgo y su voz silenciada hace muchos siglos por los pueblos poderosos, está renaciendo y siendo escuchada. Nos enseñan que toda la Creación es una común unidad de sujetos, nunca una colección de objetos o de cosas. Y de esa manera es que los humanos hemos tratado todo el universo y a las personas como objetos. Todos en la Tierra y en el cosmos somos una familia entretejida, interrelacionada que dependemos mutuamente, que podemos como lo dice Cristo Jesús: “Amarnos los unos a los otros como Dios nos ama”.   Nuestros hermanos ancestrales, nos hacen el llamado que volvamos abrir nuestros oídos, nuestros ojos, nuestro corazón, para escuchar, ver y sentir… a nuestro Creador el Gran Espíritu, a todos nuestros hermanos y hermanas humanos, a las aves del cielo y los animales sobre la tierra, los árboles y plantas amigos, los peces del mar, las montañas y nevados, los ríos, las quebradas y lagunas, los insectos del bosque, la lluvia, el trueno y el viento, el sol y el arco iris… si no escuchamos la voz de Dios a través de la voz de todos ellos, nuestra autodestrucción crecerá progresivamente.


Indígena Kogui, Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia

No podemos seguir sintiéndonos aislados e indiferentes los unos de los otros con los hermanos humanos y con toda la Creación. Por eso vamos poco a poco saliendo de nuestro egocentrismo y antropocentrismo, para volver a escuchar y cuidar al pobre discriminado y excluido de nuestra sociedad, escuchar el clamor de todas las personas que lloran, que sufren por hambre,  enfermedad, falta de empleo, por falta de amor… nuestro diálogo con la Tierra y todos los seres está roto y por eso la hemos destruido. Si contaminamos todo el mundo externo a nuestro alrededor, contaminamos y destruimos todo nuestro mundo interno. En este aprendizaje, vamos aprendiendo a volver a escuchar y cuidar la Madre Tierra y a sus hijos,   por eso van apareciendo muchas personas, grupos, organizaciones y movimientos trabajando incansablemente en este sentido.
En la siguiente historia, percibamos como los pueblos nativos de todo el mundo se sienten Guardianes de la Tierra y nos anuncian su mensaje:

Hace mucho tiempo el Creador llego a la isla de Turtle y dijo al Pueblo Rojo: “Seréis los Guardianes de la Madre Tierra. Entre vosotros ofreceré la sabiduría acerca de la Naturaleza, de la interconexión de todas las cosas, del equilibrio y de vivir en armonía. Vosotros el Pueblo Rojo, conoceréis los secretos de la Naturaleza. Viviréis con penalidades y la bendición es que permaneceréis cerca del Creador. Llegará el día en que tendréis que compartir los secretos con otros pueblos de la Tierra porque ellos se desviarán de su camino espiritual. El momento de empezar a compartir es hoy”.

                                                                   Don Coyhis indio mohicano

Todas estas señales, nos están indicando un nuevo momento de giro histórico y un nuevo lugar teológico, acerca de cómo sucede la Revelación divina en el universo. Sentimos una nueva Experiencia Reveladora, que nos está comunicando un nuevo sentido de vida del universo, de la Madre Tierra, de la Noosfera, de la Vida en todas sus dimensiones, de lo humano, de la Conciencia Planetaria, de lo Cristiano.
Nuestro Creador, nos entrego la misión de ser Co-guardianes de la única Casa Común que tenemos en el universo y de ser corresponsables de su salud. Todos nosotros que vivimos en y con ella, la tenemos en préstamo de las generaciones futuras humanas y de todos los seres vivos, nos ha sido entregada con mucha confianza para que sostengamos la vida y cuidemos de ella…


Amor en la diversidad…}






martes, octubre 04, 2011

ECO-ESPIRITUALIDAD



Germán Roberto Mahecha Clavijo

La noción ecoespiritualidad pretende expresar de una manera diferente la forma como se relaciona el hombre con la naturaleza —creación—, en la cual Dios se revela. Para ello se hace necesario explicar —y comprender— desde una perspectiva no convencional, los dos conceptos con los que se configura esta palabra: ecología y espiritualidad.

Acerca de la ecología

Asumir la ecología como originalmente la acuñara el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1866 en su obra Generelle Morphologie der Organism,

Entendemos por ecología el corpus de conocimiento que se ocupa de la economía de la naturaleza: la investigación de las relaciones totales del animal con su medio inorgánico y orgánico, incluidas sobre todo sus relaciones amistosas u hostiles con los animales y plantas con los que establece contacto de manera directa o indirecta. En resumen: la ecología es el estudio de todas las relaciones complejas a las que Darwin se refería como las condiciones de las lucha por la existencia. Esta ciencia de la ecología, a la que a menudo, de forma imprecisa, se hace referencia como “biología” en un sentido estrecho, ha constituido hasta ahora el principal componente de lo que por lo común se denomina “Historia Natural” (Haeckel citado por Foster, 2000: 298)

 

tiene que alejarse de perspectivas antropocéntricas y deberá reconocer que el ser humano es uno de los organismos a los cuales se hace referencia en dicha definición.

Sólo de esta manera, será posible reconocer que es él, quien por tener la capacidad de reflexión y praxis entendida como la necesaria reflexión que se debe realizar antes y después de una actividad, tiene la responsabilidad de ser el portavoz de aquellos que no pueden darse a entender en lenguaje humano, en donde se incluyen los organismos de su misma especie, que quienes aun hablando el mismo idioma, no son escuchados los pobres.

Pero para que esto sea una realidad, es necesario que la persona se anime, se esfuerce, ponga todo su empeño y demuestre voluntad de querer hacerlo; en lenguaje coloquial se escucha que hay que meterle ganas, ponerle verraquera lloro con rabia y continuado de los niños (RAE, 2011)— o en el mejor de los casos, ponerle espíritu. Y esto es lo que genera y permite hablar de una espiritualidad.

Acerca de la espiritualidad

La espiritualidad es un concepto moderno y bastante amplio, que —según Álvarez, et. al., 1996:333hace referencia de manera simultánea a tres situaciones particulares: a todo lo relacionado con la vida espiritual, para hablar de las diferentes escuelas p.e. la ignaciana, la salesiana o la benedictina, entre otras, pero también para definirla como una ciencia práctica, existencial, de perfección evangélica.

Sin embargo, en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, se concibe la espiritualidad como aquello relacionado con el espíritu, y en una de sus acepciones, se encuentra que espíritu proviene del latín Spirĭtus y ésta del griego πνεῦμα pneuma, que se entiende como ánimo, valor, aliento, brío o esfuerzo.

La palabra pneuma es el prefijo que se utiliza para todo aquello que se relaciona con aliento, viento o aire de una forma propiamente dicha. De esta manera se comprenden palabras como neumático, neumonía o neumólogo. Y así entendido, no es extraño pensar en el segundo relato de la creación, cuando “Dios formó al hombre del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida” (Gn 2,7).

De esta manera, quien tenga un conocimiento mínimo de primeros auxilios, sabrá reconocer la importancia del procedimiento de salvamento básico denominado respiración boca a boca —o boca a boca-nariz para el caso de los niños menores de un año*—, la cual provee oxígeno a los pulmones de una persona cuando la respiración de alguien ha cesado**.

De lo anterior se puede entender que hacer referencia a la espiritualidad es hablar necesariamente del espíritu —fuerza, hálito, soplo, impulso— que el ser lleva dentro y que permite “mirar cómo Dios habita en las criaturas: en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales sensando, en los hombres dando entender” (Arzubialde, 2009:558).

Y si se acepta que Dios habita de esta manera en toda su creación —entendida cotidianamente como naturaleza y ésta como medio ambiente que se relaciona con la ecología—, será posible pensar en un dialogo entre una ecología que ya no solo habla de los organismos, sino que entiende al ser humano como uno de estos y una espiritualidad entendida como un actuar libre y gratuito del ser humano a favor del resto de la creación —incluyéndose él mismo—, como se pueda empezar a proponer un camino propicio para profundizar en la noción ecoespiritualidad.

____________

* En niños menores de un año teniendo presente la fragilidad del mismo, no se utiliza el procedimiento de respiración boca a boca, sino la de boca a boca-nariz, abarcando con sus labios la boca y la nariz del niño.

** Piénsese en que Dios siendo todopoderoso —pudiendo soplar en el dedo gordo del pié—, hace las cosas sencillas y como deben ser: dar el soplo vital por la nariz. Pero también reflexiónese acerca de la fragilidad del ser humano comparada con la de un niño menor de un año, como para que Dios realice este procedimiento.


Bibliografía citada

Álvarez, Lorenzo, et. al. Diccionario Teológico Enciclopédico. Segunda edición. Editorial Verbo Divino. Navarra. 1996.

Arzubialde, Santiago. Ejercicios espirituales de San Ignacio. Editorial Sal Terrae. Bilbao. 2009.

Biblia de Jerusalén. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao. 1976.

Foster, John. La ecología de Marx: materialismo y naturaleza. Ediciones de Intervención Cultural/El Viejo Topo. Barcelona. 2000.

Real Académica Española. Diccionario de la lengua española (enero de 2003), http://www.rae.es  (consultado, para espiritualidad y espíritu el 25 de agosto de 2011).

viernes, septiembre 16, 2011

ARTE Y ECOTEOLOGIA

La tierra entera deberá ser re-santificada a nuestra vista:

el color sagrado debe cambiar del violeta celestial al verde terrenal.

Lloyd Geering

Teólogo, Nueva Zelanda



Hace algunos años, cuando era profesora de arte y literatura, una de mis jóvenes alumnas preguntó con cierta ironía si lo que les estaba enseñando servía para algo. Yo le respondí: ”Para nada, como no sirven para nada las noches estrelladas de Villa de Leyva, pero ¿cómo sería nuestra vida sin ellas?”.

Creo sinceramente que no es pertinente pensar en utilidades cuando se aborda el tema del arte; la belleza, el gozo estético, las emociones que nos proporcionan unas estrellas, un amanecer o una puesta de sol, a pesar de no tiener un valor utilitario, han sido apreciadas y valoradas por el ser humano desde lo más remoto de nuestra existencia  por el placer que produce la belleza que se ha percibido a través de los sentidos, una  belleza que sin duda es inherente al mundo: “lo  bello es una manifestación de las fuerzas secretas de la naturaleza“ afirmó Goethe.

También creo que el arte -como ejercicio de creación humana- tiene  que ver con la apreciación y valoración de lo bello y lo divino en la medida que hacia allá apunta lo plenamente humano. Puede que esta afirmación sorprenda a más de uno por parecerle muy clásica, ya que a partir del Romanticismo del siglo XIX y especialmente desde la aparición del Impresionismo y las Vanguadias del siglo XX, el arte contemporáneo ha revaluado estos conceptos y ha delimitado su propio campo, de tal manera que hoy por hoy, prima la expresión, la fuerza expresiva, sobre cualquier otro valor, quedando relegados lo bueno y lo bello a un segundo o tercer plano como objeto a alcanzar para un artista; sin embargo, todo artista sabe que lo estético es aquello que produce emoción, que conmueve y esto lo puede generar tanto un paisaje bello como una escena desgarradora de guerra y violencia o el dolor y la enfermedad; pienso en los paisajes de Turner, los desastres de la guerra de Goya o los autorretratos de Frida Kahlo -por dar tres ejemplos muy conocidos-. Entonces, ¿me estoy contradiciendo? No. Porque el asunto tiene que ver con lo que entendemos por humano y divino. ¿Son dos realidades radicalmente distintas, la una arriba y la otra abjo o realmente no hay fronteras definidas?

Separar lo divino y lo humano, originó el problema fundamental de la cultura occidental cristiana cuando ésta fue víctima de la influencia del platonismo que había introducido una escisón entre estas dos realidades,  asociando lo ideal y  lo bello  con lo divino, y lo humano con el mundo terrenal de los sentidos que sólo podría ser bello si reflejaba con fidelidad lo ideal; como consecuencia natural de esta división fue surgiendo un cierto desprecio por el mundo sensorial con consecuencias significativas en la vida y en las artes, a pesar de que tanto en el AT como en el NT la belleza y el bien de este mundo son obra de Dios; así, vemos que el Génesis reitera a lo largo del relato de la creación que todo lo que Dios iba creando era bueno; de la misma manera el evangelio nos cuenta cómo Jesús exalta  la belleza de origen divino de los lirios del campo  Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos” (Mt 6,24). Según esto,  podríamos afirmar que no existe nada mejor que el mundo –obra de Dios- y que toda la naturaleza, revestida de belleza por el creador, es digna de aprecio y alabanza; pero como afirmamos arriba el arte occidental cristiano se expresó más bajo parámetros filosóficos  neoplatónicos que desde una verdadera concepción de la realidad judeo-cristiana.

Desde esta perspectiva creyente podemos  decir que la belleza que percibimos con nuestros sentidos no es apenas el reflejo de un mundo ideal o divino, sino que tiene consistencia en sí misma porque lo divino y la realidad terrenal se funden diluyéndose sus límites. Entonces surge otra pregunta: ¿Qué es la realidad y desde dónde la interpretamos en el campo de las artes?

El mundo es una realidad física, pero también es realidad histórica, social, cultural y política. Esta realidad múltiple y compleja llena de alegrías y tristezas, de esperanzas y frustraciones es la que el artista ve, siente, interpreta y transforma: “Ya no pintaré más interiores y gente leyendo y mujeres haciendo punto. Pintaré seres que respiran, sienten, sufren y aman. […] El espectador tomará conciencia de lo que en ellos hay de sagrado, se descubrirá como en una iglesia” (Edvard Munch)

¿Creeremos, entonces, que hay belleza en un cuadro que nos plasma al hombre desolado,  a la naturaleza herida de muerte? La respuesta será afirmativa  en cuanto que esa realidad se haya mirado con los ojos del espíritu; y será afirmativa en cuanto que el pintor haya pintado no sólo lo que ve ante él sino lo que ve dentro de él (Friedrich).

Porque  el espíritu es  el que impregna, atraviesa y vivifica toda creatura;  la vida que está en los seres humanos es la vida que está en las plantas, los animales, la naturaleza, el cosmos. Y la vida, herida o no, en peligro o no, siempre será bella, porque la Vida es la esencia determinante de la naturalez de Dios Creador, de Dios Padre, de Dios Misericordioso que nos ama y nos ofrece la posibilidad de compartir su naturaleza hasta alcanzar la plenitud de la Vida realizándonos en el amor y en el bien.



María Jesús Sánchez de Ávila
Educadora, Magister en Teología
Autora de la Monografía "La Vida plena, herencia del Padre, en el Cristo Cricificado de San Plácido"
Colección Monografías y Tesis N° 4. PUJ- 2010


domingo, agosto 07, 2011

ECOS DEL CONGRESO SOBRE FILOSOFIA AMBIENTAL

DE LA ECOTEOLOGÍA A LA ECOSOFÍA: CUESTIONES EPISTEMOLÓGICAS 


Coincide este blog con la Fiesta de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, ( http://www.dominicos.org/santo-domingo ) en cuyo homenaje resaltamos el inmenso valor del Congreso sobre Filosofía Latinoamericana organizado por la Universidad Santo Tomás de Aquino (Bogotá, Colombia) durante el mes de julio de 2011.


Además, es un reconocimiento público a Fray Omar Alberto Sanchez Cubillos O.P., quien en el día de hoy, 8 de agosto, se ordena como Obispo de Tibú (nor-oriente colombiano, frontera con Venezuela) en la Basílica consagrada a la Virgen de Chiquinquirá. (
http://www.diocesisdechiquinquira.org/index.shtml?apc=&s=t&x=8328)


Los Dominicos con su "Contemplar para dar a los demás el fruto de lo contemplado" han unido durante siglos la pasión por el estudio en un ambiente orante y comunitario con la fuerza de la predicación del Evangelio para contribuir a las causas del Reino de Dios.


- EN CONSTRUCCION -

domingo, julio 31, 2011

EDUCACION AMBIENTAL Y ESPIRITUALIDAD IGNACIANA

                

Ad maiorem Dei gloriam


(1)






(2)





[230] CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR.
Nota. primero conviene advertir en dos cosas:
La primera es que el amor se debe poner más en las obras que en las palabras.
[231] La 2ª, el amor consiste en comunicación de las dos partes, es a saber, en dar y comunicar el amante al amado lo que tiene o de lo que tiene o puede, y así, por el contrario, el amado al amante; de manera que si el uno tiene sciencia, dar al que no la tiene, si honores, si riquezas, y así el otro al otro. Oración. Oración sólita.
[232] 1º preámbulo. Primer preámbulo es composición, que es aquí ver cómo estoy delante de Dios nuestro Señor, de los ángeles, de los sanctos interpelantes por mí.
[233] 2º preámbulo. El segundo, pedir lo que quiero: será aquí pedir cognoscimiento interno de tanto bien recibido, para que yo enteramente reconosciendo, pueda en todo amar y servir a su divina majestad.
[234] 1º puncto. El primer puncto es traer a la memoria los beneficios rescibidos de creación, redempción y dones particulares, ponderando con mucho afecto quánto ha hecho Dios nuestro Señor por mí y quánto me ha dado de lo que tiene y consequenter el mismo Señor desea dárseme en quanto puede según su ordenación divina. Y con esto reflectir, en mí mismo, considerando con mucha razón y justicia lo que yo debo de mi parte offrescer y dar a la su divina majestad, es a saber, todas mis cosas y a mí mismo con ellas, así como quien offresce affectándose mucho: 

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; Vos me lo distes, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

[235] El segundo mirar cómo Dios habita en las criaturas, en los elementos dando ser, en las plantas vejetando, en los animales sensando, en los hombres dando entender; y así en mí dándome ser, animando, sensando, y haciéndome entender; asimismo haciendo templo de mí seyendo criado a la similitud y imagen de su divina majestad; otro tanto reflitiendo en mí mismo, por el modo que está dicho en el primer puncto o por otro que sintiere mejor. De la misma manera se hará sobre cada puncto que se sigue.
[236] El tercero considerar cómo Dios trabaja y labora por mí en todas cosas criadas sobre la haz de la tierra, id est, habet se ad modum laborantis. Así como en los cielos, elementos, plantas, fructos, ganados, etc., dando ser, conservando, vejetando y sensando, etc. Después reflectir en mí mismo.
[237] El quarto: mirar cómo todos los bienes y dones descienden de arriba, así como la mi medida potencia de la summa y infinita de arriba, y así justicia, bondad, piedad, misericordia, etc., así como del sol descienden los rayos, de la fuente las aguas, etc. Después acabar reflictiendo en mí mismo según está dicho. Acabar con un coloquio y un Pater noster.
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