miércoles, abril 21, 2010

GAIA, DIA DE LA TIERRA, NUEVA ESPERANZA

Celebrar, cuidar y comprometernos en el Día de la Tierra y en todos los días de nuestras vidas, es una cosmovisión, y un llamado de la Tierra y un llamado de los más pobres y excluidos del planeta. En medio de la crisis ambiental global y de la crisis social humana, está surgiendo como luz respuesta y acción transformadora una auténtica conciencia planetaria del Homo noosfericus. Un nuevo ser humano que tiene como centro de su proyecto de vida, el amor incondicional y de cuidado por sí mismo, por toda su familia humana, por la Madre Tierra y toda la Creación.

Esta conciencia planetaria de cuidar de todos y de todo, nos unifica como un solo organismo viviente que interactúa y trasciende hacia lo que el jesuita y paleontólogo Pierre Teilhard de Chardin llamó la Noosfera. En este nuevo nivel de ascensión, estamos viviendo ya una unidad en las diferencias, en la diversidad y en las convergencias de nuestros pensamientos, sentimientos y espíritus.

Vemos cómo actualmente, los pueblos indígenas del mundo aproximadamente 200 millones de personas, han ido asumiendo un liderazgo y su voz silenciada hace muchos siglos por los pueblos poderosos, está renaciendo y siendo escuchada. Nos enseñan que toda la Creación es una común unidad de sujetos, nunca una colección de objetos o de cosas. Y de esa manera es que los humanos hemos tratado todo el universo y a las personas: como objetos.

Todos en la Tierra y en el cosmos somos una familia entretejida, interrelacionada que dependemos mutuamente, que podemos, como lo dice Cristo Jesús: “Amarnos los unos a los otros como Dios nos ama”. Nuestros hermanos ancestrales nos hacen el llamado para que volvamos a abrir nuestros oídos, nuestros ojos, nuestro corazón, para escuchar, ver y sentir… a nuestro Creador el Gran Espíritu, a todos nuestros hermanos y hermanas humanos, a las aves del cielo y los animales sobre la tierra, a los árboles y plantas amigos, a los peces del mar, las montañas y nevados, los ríos, las quebradas y lagunas, los insectos del bosque, la lluvia, el trueno y el viento, el sol y el arco iris… si no escuchamos la voz de Dios a través de la voz de todos ellos, nuestra autodestrucción crecerá progresivamente.

No podemos seguir sintiéndonos aislados e indiferentes los unos de los otros con los hermanos humanos y con toda la Creación. Por eso vamos poco a poco saliendo de nuestro egocentrismo y antropocentrismo, para volver a escuchar y cuidar al pobre discriminado y excluido de nuestra sociedad, escuchar el clamor de todas las personas que lloran, que sufren por hambre, enfermedad, falta de empleo, por falta de amor… nuestro diálogo con la Tierra y todos los seres está roto y por eso la hemos destruido. Si contaminamos todo el mundo externo a nuestro alrededor, contaminamos y destruimos todo nuestro mundo interno. En este aprendizaje, vamos aprendiendo a volver a escuchar y cuidar la Madre Tierra y a sus hijos, por eso van apareciendo muchas personas, grupos, organizaciones y movimientos trabajando incansablemente en este sentido.

En la siguiente historia percibamos cómo los pueblos nativos de todo el mundo se sienten Guardianes de la Tierra y nos anuncian su mensaje:

Hace mucho tiempo el Creador llego a la isla de Turtle y dijo al Pueblo Rojo: “Seréis los Guardianes de la Madre Tierra. Entre vosotros ofreceré la sabiduría acerca de la Naturaleza, de la interconexión de todas las cosas, del equilibrio y de vivir en armonía. Vosotros el Pueblo Rojo, conoceréis los secretos de la Naturaleza. Viviréis con penalidades y la bendición es que permaneceréis cerca del Creador. Llegará el día en que tendréis que compartir los secretos con otros pueblos de la Tierra porque ellos se desviarán de su camino espiritual. El momento de empezar a compartir es hoy”.
Don Coyhis indio mohicano

Todas estas señales nos están indicando un nuevo momento de giro histórico y un nuevo lugar teológico, acerca de cómo sucede la Revelación divina en el universo. Sentimos una nueva Experiencia Reveladora, que nos está comunicando un nuevo sentido de vida del universo, de la Madre Tierra, de la Noosfera, de la Vida en todas sus dimensiones, de lo humano, de la Conciencia Planetaria, de lo Cristiano.

Nuestro Creador, nos entrego la misión de ser Co-guardianes de la única Casa Común que tenemos en el universo y de ser corresponsables de su salud. Todos nosotros que vivimos en y con ella, la tenemos en préstamo de las generaciones futuras humanas y de todos los seres vivos, nos ha sido entregada con mucha confianza para que sostengamos la vida y cuidemos de ella…

Escrito por. Carlos Hernando Díaz Franky, Magister en Teología