martes, abril 19, 2011

PASCUA CRISTIANA CON SABOR MUISCA 2011

PASCUA CRISTIANA CON SABOR MUISCA: Una comprensión esperanzadora en tiempo de diluvios

Por John J. Castiblanco P.
Teólogo

No tendríamos por qué desconocer que en todas las religiones, grupos y culturas humanas se han construido explicaciones posibles para comprender el origen del mundo, el origen del mal en la humanidad, el sentido de la enfermedad y el sufrimiento, así como la esperanza en la vida más allá de esta realidad que vivimos. Todas ellas se han dado y construido a lo largo de años mediante celebraciones anuales, ritos y tradiciones mantenidas por las culturas mediante narraciones que datan de cuando los grupos humanos pasan de la condición de nomadismo a la sedentarización, que les permite maneras de organización social religiosa, política, artística y en general cultural que transmitirán de generación en generación como parte de su legado e identidad.

En este año 2011, nos vemos enfrentados a diversas catástrofes naturales y otras artificiales apenas iniciando el año. Contamos terremotos (Japón), diluvios interminables (Colombia y buena parte de Latinoamérica), huracanes devastadores y deshielos (Estados Unidos y Canadá) y sequías (Centroamérica), con lo que se afectan las siembras, los ciclos de la vida y en general el bienestar de las especies del planeta. Ya sabemos que todo ello se encierra bajo de nombre de crisis ambiental, eje y centro de la reflexión de los ecoteólogos. Por ello esta reflexión aunada con una interpretación de los mitos de pueblos que en estas latitudes colombianas padecieron inviernos interminables, resulta esperanzador para el contextual pascual 2011 y en el que por coincidencia en uno de los días del triduo pascual cristiano 2011 tiene lugar el día de la Tierra (Abril 22), cuando se conmemora la muerte injusta de Jesús con la esperanza de que se cumpla la promesa de nueva creación y comienzo al tercer día.

Recordamos el sentido cósmico de la Pascua presentado en este blog el pasado año (N° 04/04, abril 07 de 2010), que pondrá en contexto el sentido de esperanza y resurgimiento de la vida en la estación de Primavera del hemisferio norte de nuestro planeta, y que guía el calendario de las fiestas de pascua de los cristianos en el mundo.


1. EL MITO COMO COMPRENSIÓN Y EL RITO COMO ESPERANZA

Haciendo un poco de memoria histórica de la humanidad, en las antiguas culturas encontramos diversas comprensiones y elaboraciones literarias, religiosas y artísticas acerca del origen del mundo y el ser humano, así como posibles explicaciones sobre el mal, la enfermedad y el sufrimiento humano que en los relatos míticos ofrecen una comprensión de tales situaciones desde una concepción simbólica y no exhaustivamente racional, que deslegitimaría los contenidos profundos que se quieren transmitir en la narración mítica, no están sujetos al tiempo cronológico, ni situaciones históricas precisas, porque su interés es ofrecer reflejar el destino del ser humano y del mundo ordenado.

Por estas razones, los mitos logrados en cualquier cultura deben ser interpretados correctamente con la ayuda de ciencias especializadas (hermenéutica, filología, estudios culturales, arqueología, historia, lingüística, etc), porque pueden ayudar a explicar la propia y actual condición humana, fijando la atención, sobre todo, en la interioridad que se quiso narrar. Es decir, las situaciones humanas narradas por otros se hacen familiares para quien nuevamente las lee porque habla de su ubicación y búsqueda de sentidos posibles ante aquello que el mito narra (origen del mundo, el mal en el mundo, la esperanza, etc.). Algunos pensadores seguidores del filósofo W.G. Hegel afirman que “mediante el mito se supera la absoluta exterioridad natural y surge en ella algo así como interioridad” (Hernández-Pacheco, Javier. Hipokeímenon. Origen y desarrollo de la tradición filosófica, 34-35). Con lo que vemos que el mito parece ofrecer otras posibilidades para hallar referentes de ubicación de sentidos.

Valga decir que los grupos humanos han creado arquetipos para darse una plausible explicación y referente de las condiciones que viven, empezando por aquella de darse una explicación de su existencia y los males que la aquejan, así como la esperanza de un cambio favorable ante las vicisitudes contrarias a la vida y la armonía. Respecto al mal, varios mitos explican cómo su existencia en el mundo es el resultado de la ruin intención que el mismo ser humano ejerce sobre sus propios congéneres y demás seres coexistentes. Valga recordar los relatos de la tradición judeo cristiana que dan razón del origen de los males en el mundo como, por ejemplo, la rebelión de la voluntad realizada por los primeros padres de la humanidad en contra de Dios en el Jardín del Edén (Gen 3) y que se desató como origen de los demás males que se siguen narrando como el fratricidio (Caín contra su hermano Abel, Gen 4, 1-16); la insolencia del ser humano al querer superar a Dios (Relato de la Torre de Babel, Gen 11, 1-9). Podríamos citar la saga que narra las costumbres en las ciudades de Sodoma y Gomorra (Gn 19, 1-29), las cuales son contrarias a las que el pueblo de Israel reconocía como sus valores morales y el poder de Dios (Cfr. Gen 19,5. 13.24.29).

Con todo esto podríamos interpretar desde la fe que si Dios, el arquitecto y gran ingeniero del universo, ha dispuesto todo para que la creación evolucione libremente y llegue a cumplir su finalidad teleológica liberadora, vemos también que a veces el interés del ser humano ha logrado la ejecución de una “ingeniería inversa” cuando da un uso contrario a las realidades creadas, incluso él mismo, logrando a la vez una finalidad inproductiva y perdida luego de tantos cambios y esfuerzos contrarios al diseño original, generando malestar individual y social. Cabrían aquí otras preguntas: ¿qué tan responsables son aquellos que han cambiado la finalidad del diseño original de Dios que las culturas han matizado en forma de normas, códigos y alianzas para no perder la memoria de ellas a lo largo de generaciones?¿por qué hoy se desconocen y se ridiculizan aquellos sentidos originales para el cuidado del ser humano como especie y las del planeta?

Esa situación de malestar social e individual ha permitido que, de la mano de los mitos, se realicen los ritos o técnicas por medio de las cuales los seres humanos buscan a su favor el restablecimiento de la condición original de convivencia y armonía. En algunos grupos humanos se manifiesta la práctica de pedir la intervención de los dioses mediante fiestas programadas, ritos comunes y celebraciones conmemorativas para establecer el orden perdido en el que existía la armonía y la paz. En otros relatos, la iniciativa de restaurar es porpuesta por la divinidad, ya porque actúan por cuenta propia o por el envío de emisarios (profetas liberadores) que, en su Nombre, ayudan a la especie humana a retomar el camino teleológico al que ya hicimos referencia desde el ejercicio de la conciencia.

Cada una de estas fiestas, ritos, conmemoraciones y fiestas contienen una riqueza de simbolismos que hoy, luego de largos años y de poder conocerlas comparativamente, ayudan a descubrir que la humanidad busca un sentido de bienestar. Los mitos, vistos en conjunto, ofrecen un sentido nuevo a las explicaciones racionales  que el ser humano logra mediante las ciencias. Por su puesto que este nuevo sentido no anula o desconoce tales avances de la ciencia, sino que ofrece un nuevo horizonte con la intencionalidad no de hablar solo a la razón, sino “hablar a la conciencia” de quienes hoy habitamos el planeta a fin de ser responsables de un posible cambio.

Actualmente, en el rescate de las tradiciones ancestrales encontramos que la familia Muisca ofrece un aporte especial en materia de cuidado y formación ambiental en la que se aprenden técnicas y sobre todo actitudes de cuidado: No hacer daño, no hacerse daño y no permitir que nadie nos haga daño; y pautas para ser feliz: No enjuiciar, No justificarse no se airarse. Invitamos a ver estos hipervínculos:



 
2. UNA INTERPRETACIÓN CRISTIANA DE LOS MITOS MUISCAS DEL ORIGEN (Chiminigagua y Bachué-Ibagüé), EL MAL (Chía y Goranchachá) Y EL RESTABLECIMIENTO (BOCHICA) EN TIEMPO DE PASCUA

En este tiempo de lluvias y con la amenaza de desbordes de ríos, en el caso de la ciudad de Bogotá (Colombia-Suramérica), viene a la memoria el origen de los Muiscas y las condiciones por las cuales la Sabana de Bogotá fue inundada por el dios Chibchacon.

El dios Chiminigagua (el dios originador del mundo), quien se internó, como un rayo en forma de serpiente, desde el Sol, a Baqué (realidad creada-la Tierra), dio origen a los primeros padres de la humanidad. Ellos eran Bachué (la diosa de la fertilidad y madre del género humano) y su hijo pequeño Ibagüé, (que luego de crecer sería el progenitor del género humano), quienes salieron de la laguna de Iguaque (en Boyacá, cerca de la ciudad de Tunja). Ellos debieron aprender a vivir en esta realidad creada. Aprendieron a trabajar y servirse de la Naturaleza (piedra, fuego, colectas de cosechas y caza), desarrollaron otras habilidades que, luego de aprendidas, las transmitieron a sus hijos los Muiscas.

Bachué y su esposo siguieron el camino generando prole y educándola por todo lugar de la planicie cundiboyacense a donde fueron pasando, dejando enseñanzas, paz y armonía. Luego se sumergieron, para desaparecer en forma de serpientes, nuevamente en la laguna sagrada de Iguaque. Pasado el tiempo los Muiscas recibieron la visita de la diosa Chía (Luna, que significa nacida de la Tierra) quien instauró la oscuridad y el mal. Este mal en el mundo se llevó a cabo en la dictadura del Zaque Goranchachá, [hijo del Sol (Xué) y una doncella hija del cacique de Guachetá], quien en un comienzo era reconocido como profeta de Bochica, pero que luego de una ofensa cambió y comenzó a vengar el castigo que el cacique de Ramiriquí infligió a uno de sus acompañantes y seguidores. Tal venganza empezó por quitar el poder por la fuerza a las autoridades (caciques y zapes de la sabana cundiboyancense), acompañado de males sociales e instaurando costumbres contrarias a las enseñadas por los primeros padres.

Ocasionado el mal, Goranchachá abandonó sus seguidores asentados en la población de Hunza (hoy llamada Tunja, capital del departamento de Boyacá). Vaticinándoles un futuro desastroso que se avecinaba. Desapareció dejando un fétido olor. Tanta maldad hizo que se originara un fuerte diluvio en toda la sabana de Bogotá por parte de Chibchacon (dios de la guerra y protector de los Muiscas y Tierra) como castigo por toda la maldad ocasionada por los seres humanos de la sabana de Bogotá.

Bajo estas circunstancias, llegó un dios benévolo y benefactor de los Muiscas, Bochica, quien se apiadó de la miseria de los Muiscas. Al ver las consecuencias de aquel diluvio insesante conformó el hoy, llamado Salto del Tequendama (Cundinamarca) para desaguar la inundación en la sabana de Bogotá, trayendo a su paso un nuevo orden en medio del caos, que no era más que instaurar lo ya dado por los primeros padres más la enseñanza de nuevas artes y oficios como la orfebrería, tejido y el cultivo de una nueva semilla, el maíz, con la que se organizaría nuevamente la sociedad muisca caída. Enseñó también la definición de fechas para la siembra y la recolección (que se ve en el calendario solar de la ciudad de Sogamoso, Boyacá). Luego, antes de partir esta divinidad, increpó a Chía por el mal que había ocasionado, dejándola como astro para la noche.

Si relacionamos este relato de la familia Muisca con los datos del Evangelio cristiano notaremos que, desde una interpretación interreligiosa de los mitos o núcleos fundantes de las religiones, encontramos rasgos semejantes en la explicación del mal en el mundo y la añoranza del bienestar de los orígenes. Los relatos que expresan una interpretación del origen del mundo y la vida; de la ocasión del mal en diversas formas, manifiestan también la acción constante de la divinidad en la historia humana en su favor, contando con la actitud de cambio por parte del ser humano al reconocer una nueva oportunidad de vida.

¿La naturaleza se ha ensañado? ¿Resurgen los dioses Chibchas?
En este contexto de esperanza que instaura la Pascua cristiana, podríamos ver racionalmente y con sentido ético civil las catástrofes naturales, es decir, desde otro punto de vista: El ser humano ha venido usurpando terrenos de la Naturaleza y ahora ella misma está volviendo a ocupar: humedales, planicies, cuencas de ríos, linderos de lagunas que fueron desaguadas en otros momentos...

Si a eso le sumamos la contaminación en las grandes urbes, pues no es para menos que la Naturaleza esté llorando el daño que le producimos como especie humana. Si llueve insesantemente es referencia del desequilibrio ambiental en el planeta, así como los grandes deshielos en los polos y en estos días en Canadá al comenzar la primavera o las sequías en otros terrirtorios.  La lluvia insensante en crudos inveirnos trae dolor, aunque también esperanza para el restablecimiento del orden y la paz.  Este tiempo en el que vemos la desesperanza puede invitarnos a realizar ritos personales como el cambiar nuestros hábitos de irrespeto y explotación de la Tierra y nuestros hermanos.

Las expresiones que desarrollaremos a continuación expresan un interés, al que desde la posibilidad interpretativa desde el cristianismo, pueden ofrecer un sentido esperanzador y pascual en el marco de la fiesta de Pascua y del día de la Tierra.  Evitamos particularidades culturales que podrían ser revisadas y que no es nuestro interés profundizar en ellas en este momento. Haremos alguna referencia a alguna de ellas como, por ejemplo, el significado de la serpiente en cada cultura y religión.

Nos interesa resaltar en este relato Muisca cómo la divinidad (con diferentes nombres) aparece actuando en la historia humana, para guiar, salvar y enseñar. También aparece el antagonista de la divinidad que con poderes de divinidad con los que engaña al ser humano, pero finalmente es lanzado a la oscuridad por la verdadera divinidad manifiestando así su poder en favor del ser humano y en continuidad con el sentido original para todo lo creado:


3. DEL RELATO MUISCA A UNA INTERPRETACIÓN CRISTIANA

…ingresó desde el Sol a Baqué…
Para los Muiscas y otros pueblos precolombinos asentados entre México y Perú, recibieron influencia cultural de Aztecas y Mayas, por lo cual la imagen del dios creador para los Muiscas es representado también mediante la figura de la serpiente, como representación al dios creador. En Centroamérica también aparece la figura de la serpiente emplumada con un doble significado serpiente, como tierra y materia; la pluma, como energía divina y cósmica. Esta precisión a fin de no distorsionar el ejercicio de interpretación en el que la serpiente representa en la tradición judeocristiana no la imagen de Dios, sino la traición y sagacidad, según la interpretación de los habitantes y pueblos del desierto en el Medio Oriente.

El Dios cristiano, el Padre de los Cielos, se encarna en la historia humana, en la persona de Jesús para salvar al hombre. Ya desde el relato mítico judeocristiano de la creación del mundo, Dios está presente desde el comienzo de la historia del mundo, pues al ire creando el mundo ve que todo lo que va creando cada día está bien, bendiciendo lo creado, hasta llegar a la creación del ser humano a quien crea a su imagen como semejante suyo.

…debieron aprender a vivir en la realidad, aprendiendo a trabajar y servirse de la naturaleza (piedra, fuego, colectas de cosechas y caza)…
Al ser humano, creado a imagen como semejante de Dios (Gen 1,26; 2, 7.18.21-23), le fueron dispuestas las cosas para que les diera nombre, las organizara y las llevara a su perfección (Gn 1, 28-30; Gn 2,19-20).

El relato nos afirma que la divinidad Bachué y su esposo siguieron el camino por la planicie generando prole y educándola por todo lugar, dejando paz y armonía. No hay duda que esta narración es explícita comprensión del matrimonio en el que están las dos tareas fundamentales de generación de prole y educarlos en las costumbres y valores de la nueva familia, lo cual es reconocido por varias culturas, tanto en las asumen la monogamia como aquellas en las que se permite la poligamia para la realización de familias.

Encontramos para el caso católico, en la legislación del Derecho Canónico de 1982 una semejante comprensión del matrimonio en su libro IV sobre la Función de Santificar de la Iglesia. Es evidente la unidad de comprensión de esta tradición y costumbre con otras culturas como la Muisca, que distantes en el tiempo y en la geografía, se identifican con la visión conjunta de costumbres que han asumido los seres humanos en diversas culturas para su bienestar social y político en relación al matrimonio: Canon 1055, parágrafo 1: La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados.

[Chía, la Luna] instauró la oscuridad y el mal…
Goranchachá, profeta de Bochica instaura costumbres contrarias a las enseñadas por los primeros padres. Es evidente que hay un antagónico personaje contrario a la bondad de Dios y que en los relatos míticos representa el mal. En este caso no sólo la oscuridad que representa la Luna, sino quien con tiniebla y oscuridad ve su propia vida, caso del Zaque Goranchahá que busca venganza por uno de sus seguidores, con lo que no sólo busca la muerte de quien lo ofendió, sino que rompe las costumbres dejadas por los primeros padres. Esta es una relación directa con el sentido anterior del matrimonio en su tarea de educar con costumbres y valores propios a sus hijos.

Para el cristianismo, la maldad es expresión del egoísmo del ser humano, que ocasiona desventura a sus congéneres y a su entorno. El ser humano egoísta lleva, con este actuar contrario a lo aprendido, la misma muerte y hace contrario el proyecto de la vida dada por el Padre. Es precisamente el sentido de la Resurrección en la Vigilia Pascual en la que Cristo vence la muerte y manifiesta su victoria sobre ella para instarurar una nueva creación, un nuevo comienzo. Que podría ser para el creyente de hoy un cambio en sus hábitos en el cuidado de sí, de los demás y de lo otro que llamamos Naturaleza.

 

..llegó un dios benévolo y benefactor de los Muiscas, Bochica
Como decíamos, la divinidad se manifiesta de manera novedosa y bajo nuevas expresiones en la historia humana. En la tradición judeocristiana el mismo Dios que crea, redime, salva y guía (Padre, Hijo y Espíritu Santo) se deja ver en cada acontecimiento de la historia humana desde su creación.

Podríamos entender que la manera como los Muiscas vqn presentando sus dioses en estos relatos de creación del mundo, origen de la maldad y restablecimiento del bien, fueron presentados de manera análoga a como los cristianos interpertamos la acción de Dios cuando se revela: Es la misma divinidad, bajo diferentes figuras divinas y en diferentes momentos de su historia humana [Padre (Creador), Hijo (Redentor), Espíritu Santo (Guia)]. Estas figuras tienen en común la instauración del orden, la enseñanza de costumbres y tradiciones, así como de artes y oficios para dignificar la vida de las culturas, cuando el ser humano reconoce que se ha equivado con su "ingeniería".

Se interpreta también que así como Bochica, Jesús, el nuevo Moisés, afirma contundentemente que no viene a abolir la ley, sino a darle pleno cumplimiento (Mt 5,17), expresado en las tradiciones que hicieron en el comienzo del pueblo de Israel, el pueblo de la promesa, el pueblo que Dios se escogió para ser ejemplo para otros pueblos de la humanidad. Hoy es tarea de los cristianos humanizar sus costumbres en pro de sí mismos como especie y en beneficio de su entorno en medio de la crisis ambiental. Reiteramos que este cambio de visión puede ser entendido como nuestro rito para actualizar la comprensión del mito del establecimiento del orden y de la atención al diseño original que Dios se ha propuesto con la humanidad y la Creación entera.


…el cultivo de una nueva semilla, el maíz con la que se organizaría nuevamente la sociedad…
La cultura del maíz es la expresión de que la vida gira en torno a las bondades de este grano. Esta semilla dada a un grupo humano que se fue descubriendo sus bondades para seres humanos y animales es un referente de comprensión, por ejemplo, para la ciencia que es el germen del conocimiento que debe emplearse para restablecer las situaciones que el mismo conocimiento humano mla empleado ha causado los daños que la humanidad padece.

El maíz en este relato es el nuevo origen de la vida. Si recordamos otros escritos como el poema Maya del Popol Vuh, el ser humano es hecho de dos especies de maíz (blanco y amarillo), y como resultado de varios intentos de la máxima divinidad en tener un interlocutor, alguien que lo reconociera y lo buscara en el mundo creado. El maíz es una semilla de nuevo comienzo luego del diluvio, con el se empieza a originar la vida y todas sus formas.

Para el cristianismo Jesús deja la nueva semilla: “un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15,12). Esta es la nueva semilla, la nueva alianza entre Dios y los seres humanos: el amor sin límites. Todo quien actúe como Jesús, será no solo semilla, sino fruto de vida para otros. Con ello se logra un nuevo modelo de sociedad, la sociedad humana alternativa en la que el ser humano logra y se le devuelve su dignidad, la de ser hijo de Dios.


[Bochica enseñó] …la definición de fechas para la siembra y la recolección Es claro que un maestro no sólo enseña el qué, sino el cómo y el cuándo.
Jesús enseña con su testimonio de vida la entrega total y la manera de actuar de Dios en favor de los más desposeídos y no reconocidos y como dice San Pablo a tiempo y a destiempo.

Jesús es quien enseña el rito de la CONMEMORACIÓN, que actualizamos en cada celebración de la EUCARISTÍA y con especial énfasis haciendo el memorial de la última cena (Mateo 26, 26-29 y paralelos), que recordará nuevamente Pablo cuando reprende a los Corintios por hacer reuniones que no son memorial, sino reuniones de disputas y en las que cada uno come lo que lleva avergonzando a los hermanos que poco tienen (1Cor 11, 17-33):

“Porque recibí del Señor lo que les he transmitido: que el Señor Jesús la noche en que fue entregado, tomó pan y después de dar gracias lo partió y dijo: ‘Este es mi cuerpo que se entrega por Ustedes: hagan esto en memoria mía’” (1Cor 11, 23).
La conmemoración hoy es la solidaridad con quienes padecen el malestar de la Naturaleza, el cambio de actitudes hacia los demás, un nuevo comienzo de lo que ya venimos haciendo para orientarlo hacia la finalidad de la ingeniería divina que se descubre día a día con el desarrollo de las ciencias.

[Bochica] increpó a Chía por el mal que había ocasionado, dejándola como astro para la noche.
Jesús increpó más de una ocasión al mal que habitaba en medio del pueblo de Dios. No hubo ocasión en la que como maestro corrigiera acerca de las erradas interpretaciones de la Ley y los profetas a los fariseos, o que mostrara la misericordia en tantos milagros de sanación y liberación, expulsando demonios y corrigiendo el camino de quienes curaba y de quienes debieron ayudar a sanar a sus propios enfermos (Cfr. Endemoniado de Gerasa Lc 8, 26-39, en donde la sanación está no solamente en la curación de Jesús, sino en la acogida que haga la comunidad que rechazó a aquel joven llevándolo a vivir en los cementerios, por ello Jesús no le concede seguirlo v.39).

Jesús ha dejado la esperanza de vencer la noche, la oscuridad, la muerte por obra del Padre que lo ha resucitado. Esa es la esperanza cristiana: que ante la muerte Dios es más fuerte, que ante el dolor hay regocijo, ante la enfermedad está el sentido de la sanación, a veces física, pero sobre todo desde el interior, donde el ser humano se encuentra con Dios y descubre el sentido de su vida y destino.

En la noche de la vigilia Pascual (Sábado Santo) se resalta en el pregón la esperanza de la nueva creación, en la que la vida vence sobre la muerte. Aquí algunos fragmentos de ese Pregón de la Vida:

Alégrense, por fin, los coros de los ángeles, alégrense las jerarquías del cielo, y por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

En verdad es justo y necesario aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán y ha borrado con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado.

Esta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituye a la gracia y los agrega a los santos.

Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo!