Masanobu Fukuoka. LA REVOLUCIÓN
DE UNA BRIZNA DE PAJA.
UNA INTRODUCCIÓN
A LA AGRICULTURA
NATURAL[1]
Por: Emilia Cabane
Fue un inesperado y enriquecedor descubrimiento leer "La revolución de una brizna de paja" o en otra traducción "La revolución de un rastrojo". Me esperaba un libro que hablara sólo de
prácticas agrícolas en Japón,
encontré un texto con fondo filosófico que trata, por supuesto, aspectos de la
cultura japonesa pero también de dieta, salud y experiencias agrícolas erróneas
a no repetir.
Masanobu Fukuoka, nació en 1913 en un pueblito de la
isla de Shikoku, Japón, y murió en 1992.
Hijo de humildes campesinos, se graduó de microbiólogo y se especializó en
fitopatología. A los
25 años de edad, una profunda crisis existencial lo llevó a cuestionar
radicalmente el sentido de su vida, de la humanidad y del planeta. Trabajó como
supervisor de agricultura científica, durante la
segunda Guerra Mundial, teniendo como objetivo incrementar la producción de alimentos. En
su libro relata que renunció a su empleo para ir a cultivar la tierra en su pueblo natal. Allí, en su pequeña granja, se dedicó a trabajar con la naturaleza, a prueba y error,
hasta que logró que su huerto natural al mismo tiempo fuera un bosque y un
jardín, donde conviven árboles frutales, plantas
medicinales, mirtos, acacias, verduras, arroz, plantas de olor, y flores. Todo esto sin
hacer uso de labranza, ni de fertilizantes, ni de pesticidas (WuWei)[2].
Su profundo conocimiento de la naturaleza y sus ciclos e interacciones fue
vital y abarcó el campo espiritual.
Descubrió que "a la naturaleza
le falta vitalidad, y esta falta de vitalidad se transmite a la comida y a
través de la comida a las personas”[3]
Fukuoka nos recuerda varios
de los enunciados de Laudato Si’ en el capítulo IV: "Si todo está relacionado, también la salud de las instituciones de una
sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana."[4]
Así pues, "el
análisis de los problemas ambientales es
inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares,
laborales, urbanos, y de la relación de cada persona consigo misma"[5],
porque "no hay dos crisis separadas, una ambiental y la otra social, sino
una única y compleja
crisis socioambiental."[6]"Cualquier
menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daños ambientales."[7]
La agricultura moderna es una industria más, que utiliza energía, petróleo,
fertilizantes, pesticidas y maquinaria en la elaboración de productos
alimentarios sintéticos, que son
desafortunadas imitaciones de los alimentos naturales. Así, el granjero se ha
convertido hoy por hoy en la mano asalariada de una sociedad altamente industrializada.
El Wu Wei, aplicado por Fukuoka a la agricultura natural,
-no se trata de sentarse y esperar a
que la tierra se convierta en el jardín del edén-. Muchas veces requiere años de observación y estudio de la tierra, hasta dar
con las especies adecuadas y conseguir un estado de fertilidad óptimo para lograr una buena producción.
Los cinco principios del Wu Wei son:
§ No
arar. En su estado
natural la tierra no es arada, ya que por sí misma no puede hacerlo y así, los bosques son cada vez más fértiles si se les deja evolucionar
a su ritmo. Al voltear la tierra estamos modificando parte de su estructura y de
la composición del suelo, lo
cual puede ocasionar destrucción comunidades microscópicas de nemátodos, bacterias y hongos que son quienes hacen una
tierra sea fértil y variada.
§ No usar abonos ni fertilizantes. De igual forma, los bosques no deben ser
intervenidos con compuestos concentrados. El aporte que hace la materia vegetal
al descomponerse por acción de esas comunidades microscópicas que los habitan
es suficiente para recuperar los nutrientes. De acuerdo con los ciclos
ordenados de la vegetación y de la vida animal, y lo que trae el viento, hacen
que la capa vegetal concentre una fertilidad inmensa.
§ No eliminar
malas hierbas ni usar herbicidas. Las malas hierbas no existen, por el contrario
juegan un papel importante en la fertilidad del suelo, eso sí hay que
conocerlas y aprender a controlarlas con métodos naturales. Fukuoka propone
estudiarlas para sacar partido de ellas y que interaccionen con otras especies vegetales
y la fauna del suelo para enriquecer el agrosistema.
§ No usar
pesticidas. Generalmente,
las plagas en los monocultivos se controlan a base de venenos. Esto lleva a un
desarrollo débil de las plantas y en estas condiciones las enfermedades y las
plagas se convierten en problema grande. El método Fukuoka evita este tipo de
cultivo intensivo, que agota el suelo
§ No podar. El objetivo principal de este
principio es permitir que las plantas alcancen el porte que la naturaleza dispuso para cada especie.
Fukuoka también
cuestionó la agricultura moderna en su afán por vender inflando los precios y
transportando a otras regiones del planeta sin respetar los ciclos de maduración
natural. En contraposición, la abundancia y sabor de las cosechas en una
granja, bajo sus principios, son insuperables.
Su forma natural
de cultivar ha sido englobada en las técnicas de la Permacultura[8]
y en definitiva se basa en observar e imitar a la naturaleza, que es bastante más sabia que nosotros, en vez de
intentar controlar todos y cada uno de los factores de un ecosistema a base de
productos químicos,
tratamientos mecánicos o
alteraciones genéticas.
A simple vista,
esto se podría apreciar como la locura de un japonés idealista, pero la realidad es que en muchas
partes el método Fukuoka ha sido usado con
resultados exitosos.
[1] 2ª. Ed. Ediciones EcoHabitar. Teruel, España, 2011. 153
páginas.
[2] La no labranza
o el no hacer nada. Principio del budismo ZEN
[3] Tomado de: https://www.mundifrases.com/frases-de/masanobu-fukuoka/ recuperado el 4 de octubre
de 2019
[4] Laudato Si’ 142
[5] Ibid 141
[6] Ibid 139
[7] Ibid 142
[8] La Permacultura busca cuidar la tierra y las personas al mismo
tiempo, y encontrar modos en que los elementos se aprovechen en diferentes
direcciones dentro de un mismo sistema.
Tomado de: https://www.academia.edu/10122953/APUNTES-Agricultura_Natural-Fukuoka_STUDER
Recuperado el 3 de julio de 2019.
Fotografía
de cierre: https://www.huertosdesoria.org