Por: WILMAR ROLANDO OLAYA
Ingeniero Agrónomo
Joven investigador -Innovador COLCIENCIAS
La pascua de Navidad se aproxima, los ánimos se exaltan en los corazones de los niños ad portas de sus vacaciones, y los bolsillos de sus padres se deprimen. Es una mezcla de sentimientos, donde emociones encontradas de júbilo y preocupación se entretejen, pues con las fiestas vienen las celebraciones, con éstas las reuniones, la cena, los regalos, y como medio para alcanzar el apogeo de la festividad, encontramos al dinero catalizando toda ésta reacción en cadena.
Los partidores están listos, la competencia empieza. Con el banderazo de Halloween, pelucas, uñas postizas, disfraces, mascaras, antifaces, dulces y toneladas de maquillaje, le dan la bienvenida a una temporada en la que comprar, comprar y comprar (por que hasta este límite hemos llegado….políticamente, para afianzar un concepto, hay que repetirlo….ojala unas tres veces para así ganar adeptos) se convierte en una consigna: no importa si solo lo utiliza un rato, en una fiesta, quizás en la oficina……el mercado os lo exige y demanda, a riesgo de quedar en el ridículo o en el papel del aburrido y tacaño del grupo. Pasado octubre, la carrera se enfila por la Navidad, así que no hay que escatimar ni en esfuerzos ni en gastos. Ropa, juguetes, electrodomésticos, servicios, comida, licor……no importa la categoría…comprarlo es la meta. Es necesario para que tengas una feliz navidad, se podría entender. Es que, al parecer, quien más compra, es más feliz, y la relación de regalos bajo el árbol de navidad, es directamente proporcional a la felicidad que se le puede dar a la familia. Pasado el 24 de diciembre, queda el fin de año. Los regalos van a la mesa, más que a cualquier otro sitio en la casa. Una buena cena, un agradecimiento por el año, que con sus alegrías y tristezas, va dejando enseñanzas y abriéndonos nuevas expectativas respecto al año venidero. Pero ¿y a donde se va el año?, ¿acaso se va con la basura de las fiestas?….¿es decir… a la caneca? Pues parece que ese es su triste destino….¡otro año echado a la caneca!. 12 meses invertidos mayoritariamente en conseguir el suficiente dinero que nos asegure un goce pleno de las festividades de fin de año, que se traduce en un cerro de basura emergiendo espontáneamente en el relleno sanitario más cercano.
Por todo este previo, es indispensable que recapacitemos en el hecho de la excesiva importancia que damos al concepto de dinero, producción y consumo que se revitaliza en las mentes durante estas épocas, haciendo necesario que demos vuelta y reconsideremos el sentido de la temporada, fijándonos en los pequeños detalles que definen el sentido de la natividad de Cristo. Por eso, tal vez el ejemplo más claro, y que resume el verdadero sentido de las festividades, la sencillez de su concepto y las verdadera intrascendencia del papel consumista para estas fechas, se resume en la infinita inocencia de un niño; ese, que sin mucho reparo del costo, de la utilidad, de la novedad de su juguete de navidad, siempre terminará más interesado y jugando felizmente con la caja en la que venia el regalo.
Con el fin de no solo presentar problemáticas latentes en nuestra comunidad, sino también aportar algunas posibles soluciones, se presenta una adaptación de un decálogo diseñado por un “bloggista” (1) español con motivo de las festividades de navidad y fin de año en 2009. Son algunos sencillos gestos con los cuales podemos hacer de nuestras celebraciones, eventos más amigables con el medio ambiente y con nuestro entorno familiar, guardando una sana y equilibrada comunión con el sentido de las fiestas:
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Para el árbol de Navidad, adquiere uno natural que después puedes replantar.
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Evita las postales y tarjetas navideñas en papel. Con las nuevas tecnologías, hoy en día podemos hacer hermosas piezas de felicitación para enviar a través del correo electrónico.
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Haz un uso consciente del alumbrado navideño; enciende las luces sólo cuando haya gente que pueda disfrutar de ellas; utiliza bombillas de bajo consumo; y por supuesto no renueves año tras año el alumbrado: reutilízalo hasta agotar su vida útil.
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Regala productos sostenibles, reciclados o que generen pocos residuos. Los regalos no tienen que ser materiales, puedes regalar algún detalle que sólo disponga de tiempo y creatividad; y por favor, reduce al máximo las envolturas y empaques, los que puedes reciclar al final.
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Evita los desplazamientos innecesarios en coche: utiliza medios alternos de transporte.
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No dejes para última hora tus compras navideñas. Además de ahorrarte dinero contribuirás al medio ambiente: aprovecha la oportunidad para comprar los regalos para no tener que volver otro día por ellos. Así evitarás la congestión vehicular y las aglomeraciones de personas, por ejemplo.
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Evita utilizar vasos y platos de plástico o servilletas de papel, disminuyendo la cantidad de basura de estas épocas; con este pequeño esfuerzo contribuirás al medio ambiente.
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Para las comidas utiliza productos ecológicos. Prioriza siempre los productos locales, de esa forma evitas la emisión de CO2 que provoca el transporte. No compres productos precocinados, ya que generalmente son poco saludables y por su condición demandan empaques poco sostenibles.
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No utilices fuegos artificiales (pólvora), pues generan residuos y contaminación acústica. Celebración no tiene porque ser igual a ruido. Además, su manipulación por personas inexpertas constituye un peligro
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Intenta generar pocos residuos y sobre todo sepáralos y deposítalos en el contenedor correspondiente.
Y como a los colombianos nos gustan los adicionales o “ñapas”…
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Evita caer en el consumismo. No compres aquello que en verdad no necesitas y que generalmente, solo compras por moda, y cuyo sentido banal, disiente del verdadero sentido de las fiestas de pascua, una reconciliación con la sencillez de nuestra vida, milagro que se renueva con la encarnación de Cristo en cuerpo y sangre.
(1) http://elpensamientosostenible.com/2010/01/05/decalogo-del-consumo-sostenible-en-navidad/
1 comentario:
http://www.ecologismo.com/2010/11/22/arbol-de-navidad-ecologico-%C2%BFcomo-hacerlo/
Fidelidad creativa en perspectiva ecoambientalista
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