Imagen tomada de http://pastorparada.wordpress.com/2012/04/19/el-valle-de-los-huesos-secos-ezequiel-371-14/
En el proceso de discernimiento cristiano de los dilemas éticos generados por el modelo extractivista, especialmente por los megaproyectos minero-energéticos, nos hemos dado cuenta de lo importante de redescubrir en la Sagrada Escritura, algunas claves para abordar responsablemente el cuidado de la Creación.
En meses pasados, una compañía minera organizó un evento en una Iglesia Evangélica para utilizar citas bíblicas en función de justificar la explotación del Páramo de Santurbán como un querer de Dios.
http://www.elespectador.com/noticias/economia/articulo-424937-el-dia-dios-respaldo-mineria-colombia
http://thebluepassport.com/2013/08/la-fe-mueve-mas-que-montanas/
En respuesta, algunos integrantes del Equipo de Investigación ECOTEOLOGIA, publicamos una reflexión en la Revista Vida Nueva Colombia (Ed N° 80) sobre la importancia de la Hermenéutica Bíblica. Años atrás ya se advertía la gravedad del conflicto http://www.vidanueva.co/blog/2011/04/23/45999/
Pero la inquietud sigue...Por eso, hoy compartimos uno de los textos de nuestro compañero ALIRIO CACERES AGUIRRE, un Diácono Permanente dedicado a establecer puentes entre la Ingeniería Química y la Teología, mediante la reflexión ecoteológica. Es una página que se inscribe en una iniciativa que hace varios años inició el sacerdote claretiano JOSE MARIA VIGIL a través de la Agenda Latinoamericana Mundial http://www.servicioskoinonia.org/neobiblicas/
Que sea ésta una invitación para volver a la Biblia, leerla comunitariamente en clave ecológica para después expresar con un lenguaje actual su mensaje.
Que sea ésta una invitación para volver a la Biblia, leerla comunitariamente en clave ecológica para después expresar con un lenguaje actual su mensaje.
LA SINERGIA DEL
ESPIRITU:
Relectura ecoteológica de la profecía sobre “Los
Huesos Secos”
(Ez 37, 1-14)
(Ez 37, 1-14)
El Señor posó su Espíritu en quienes
están caminando por el mundo, descubriendo los huesos esparcidos de los árboles
caídos, los ríos nauseabundos, los montes profanados, las sonrisas mutiladas y
los cielos con smog y sin estrellas. Los huesos de la Madre Tierra, indicio de la vida que fue y de su muerte prematura. En este panorama, la voz del
Señor insiste en preguntar: “¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener
vida?” Aun hay quienes respondemos: “Señor, sólo tú lo sabes”
Y el Señor nos pidió que lleváramos su
mensaje a los huesos de la Tierra, su
Creación y les prometió hacer entrar en ellos, el aliento de la vida para que
revivan de una vez para siempre. Los muñones de los árboles recubiertos de
hojas cuidadosamente auditadas y certificadas. Los ríos hermosamente
canalizados y represados para generar energía “limpia”. Las cicatrices de las
montañas protegidas con minas clausuradas, pozos petroleros saciados de codicia
y todos los documentos en regla ante la Ley, las Corporaciones y el
Estado. Las cruces relucientes sobre el
campo santo de las hambrunas, las masacres y el desplazamiento forzado. El cielo
iluminado con satélites espías y los rayos del sol enfurecido.
Entonces siguiendo la indicación del
Señor intentamos reforestar donde otrora hubo bosques, descontaminamos al agua
que ahora corre entre canales sin encanto, restauramos paisajes con jardines
artificiales tan ordenados como coloridos, hicimos monumentos a los
desaparecidos e reinventamos el cielo con poderosos reflectores de neón y
candilejas. Incluso organizamos una especie de nueva arca de la alianza en la
que se pueden apreciar por unos pocos billetes, las especies extinguidas y las
fotos del antaño.
Mientras dictaminábamos el querer de
Dios sobre esta Tierra e intentamos restaurar lo que con su Espíritu había
creado, los huesos se fueron juntando nuevamente y tuvimos paisajes verdes,
florecillas sin olor y naturaleza sin humanos. Todo era bello y bien
planificado, pero no tenían el aliento de vida.
Entonces el Señor convocó al aliento
de vida y llegó la sabiduría de los cuatro puntos cardinales. Los árboles y las
aguas, los paisajes y las culturas, la memoria de los mártires y el horizonte
que presencia el beso de los cielos con
los mares, abrazaron el aliento sabio de la vida y revivieron para convivir con
la austeridad, la humildad, la comunión y la hermosura.
Entonces el Señor siguió diciendo:
“Ustedes que son mi Creación, sangre de mi sangre y huesos de mis huesos”. Tal
vez ante la desolación ambiental y la crisis ecológica, algunos piensen: “No
hay esperanza, estamos perdidos”. Pues, es la hora de profetizar diciendo que
hacemos parte de un ecosistema y todo ser es una hebra del complejo tejido de
la vida. El todo es mucho más que la suma de las partes, y tal sinergia indica
que hay que recuperar el valor sagrado de la materia. No bastan las
alternativas “verdes” si no hay arco iris de alianza multicolor. Cuando entiendan que la ecología no es una
moda ni un adorno sino la red que relaciona lo que existe, coexiste y por
fuerza del amor, insiste, subsiste y persiste en religar al Creador con sus
creaturas, entonces reconocerán lo que he dicho y hecho, en la constelación que
habita sus corazones, en los cascadas que irrigan sus cuerpos, en el aire que
circula desde la plantas de sus pies y las palmas de sus manos: que yo, el
Señor del Buen Vivir, en gratuidad desbordante y plenitud eterna, adoro la justicia, bendigo la paz y cultivo
la armonía sustentable a partir de la defensa de lo más frágil y vulnerable.
Yo, el Creador. Ustedes, Creación
creadora. Nosotros, proyecto cósmico de amor encarnado – oráculo del Señor-.
ALIRIO
CACERES AGUIRRE
Bogotá
D.C. (Colombia)
oikos19@gmail.com
@DiaconoOikos
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